Descrito comĂșnmente como sentirse separado de la realidad o tener una experiencia "fuera del cuerpo". Se ha demostrado que la actividad rĂtmica de una sola capa de neuronas causa disociaciĂłn, una experiencia que implica una sensaciĂłn de desconexiĂłn del mundo circundante.
El estado de disociaciĂłn se describe comĂșnmente como sentirse separado de la realidad o tener una experiencia "fuera del cuerpo". Este estado alterado de conciencia es a menudo informado por personas que tienen trastornos psiquiĂĄtricos que surgen de un trauma o abuso devastador.
También es provocado por una clase de fårmaco anestésico y puede ocurrir en la epilepsia. La base neurológica de la disociación ha sido un misterio, pero escribiendo en Nature , Vesuna et al. describen un ritmo cerebral localizada que subyace en este estado. Sus hallazgos tendrån implicaciones de gran alcance para la neurociencia.
En el articulo Ritmo cortical posteromedial profundo subyacente a la disociaciĂłn
Los autores registraron por primera vez la actividad neuronal de todo el cerebro en ratones utilizando una técnica llamada imågenes de calcio de campo amplio.
Estudiaron los cambios en estos ritmos cerebrales en respuesta a una variedad de medicamentos que tienen propiedades sedantes, anestésicas o alucinógenas, incluidos tres que inducen la disociación: ketamina, fenciclidina (PCP) y dizocilpina (MK801).
Solo las drogas disociativas produjeron oscilaciones robustas en la actividad neuronal en una regiĂłn del cerebro llamada corteza retroesplenial. Esta regiĂłn es esencial para varias funciones cognitivas, incluida la memoria episĂłdica y la navegaciĂłn.
Las oscilaciones se produjeron a baja frecuencia, de aproximadamente 1-3 hercios. Por el contrario, los fĂĄrmacos no disociativos como el anestĂ©sico propofol y el alucinĂłgeno dietilamida del ĂĄcido lisĂ©rgico (LSD) no desencadenaron esta actividad rĂtmica retroesplenial.
Vesuna y col. examinó las células activas con mås detalle utilizando un enfoque de alta resolución llamado imagen de dos fotones. Este anålisis reveló que las oscilaciones estaban restringidas a las células de la capa 5 de la corteza retroesplenial.
Luego, los autores registraron la actividad neuronal en mĂșltiples regiones del cerebro. Normalmente, otras partes de la corteza y la subcorteza estĂĄn funcionalmente conectadas a la actividad neuronal en la corteza retroesplenial; sin embargo, la ketamina provocĂł una desconexiĂłn, de modo que muchas de estas regiones del cerebro ya no se comunicaban con la corteza retroesplenial.
A continuaciĂłn, los investigadores preguntaron si inducir el ritmo retroesplenial podrĂa causar disociaciĂłn. Hicieron uso de ratones en los que se modificaron cĂ©lulas de capa 5 para expresar simultĂĄneamente dos proteĂnas de canal iĂłnico que son sensibles a la luz.
La primera, la canalrodopsina-2, provoca excitación neuronal en respuesta a la luz azul. El segundo, eNpHR3.0, silencia las neuronas en respuesta a la luz amarilla. Iluminar las células con luz azul y amarilla alternadas para inducir un ritmo artificial de 2 Hz produjo comportamientos indicativos de un estado disociado, anålogos a los provocados por la ketamina.
Por ejemplo, los animales no saltaron ni se alejaron de las amenazas y no intentaron escapar cuando estaban suspendidos por sus colas, sino que respondieron normalmente al dolor inducido por una placa calefactora. Aunque la sensaciĂłn permaneciĂł intacta.
Induciendo un estado disociativo. La disociaciĂłn es un estado alterado de conciencia en el que las personas se sienten separadas de la realidad. Puede desencadenarse por el fĂĄrmaco ketamina y puede ocurrir antes de una convulsiĂłn en la epilepsia.
Las técnicas optogenéticas pueden modular la actividad neuronal en respuesta a la luz. Vesuna y col. neuronas moduladas en una sola capa de la corteza retroesplenial, una región dentro del cerebro del ratón.
El grupo utilizĂł luz azul para estimular la actividad y luz amarilla para reprimirla. Esto generĂł oscilaciones neuronales de baja frecuencia, similares a las observadas en ratones que reciben ketamina. Las oscilaciones desencadenaron comportamientos indicativos de disociaciĂłn.
Los autores muestran que las mismas oscilaciones ocurren en la región cerebral equivalente (llamada corteza posteromedial profunda) en una persona que tiene epilepsia, antes de una convulsión. La estimulación eléctrica de esta región del cerebro desencadenó las mismas oscilaciones y experiencia disociativa. Juntos, estos experimentos indican que las oscilaciones de baja frecuencia en una pequeña región del cerebro desencadenan la disociación entre especies.
Luego, los autores eliminaron dos genes que codifican proteĂnas de canales iĂłnicos en la corteza retroesplenial. El primer gen codifica un canal activado por la molĂ©cula neurotransmisora ââglutamato. El segundo codifica el 1 controlado por nucleĂłtidos cĂclicos activado por hiperpolarizaciĂłn (HCN1), un canal activado por cationes que a veces se denomina marcapasos, debido a su capacidad para producir actividad rĂtmica en el corazĂłn y las neuronas.
Vesuna y col. encontraron que el ritmo inducido por ketamina se redujo en ratones que carecen de cualquiera de los genes. Sin embargo, solo se necesitaba el canal HCN1 para que la ketamina provocara comportamientos similares a la disociaciĂłn.
ÂżEstos hallazgos se traducen a los humanos? Vesuna y sus colegas registraron la actividad elĂ©ctrica de varias regiones del cerebro en una persona con epilepsia, a la que previamente se le habĂan implantado electrodos en el crĂĄneo para localizar la actividad convulsiva.
El individuo experimentó disociación antes del inicio de las convulsiones. Los autores encontraron que esta disociación se correlacionaba con un ritmo de 3 Hz en la corteza posteromedial profunda, una región del cerebro humano anåloga a la corteza retroesplenial del ratón. Cuando el equipo estimuló eléctricamente la corteza posteromedial profunda durante un procedimiento de mapeo cerebral, la persona volvió a experimentar disociación.
Es prematuro sacar conclusiones definitivas de un solo individuo. Sin embargo, el trabajo de Vesuna y sus colegas proporciona evidencia convincente de que un ritmo de baja frecuencia en la corteza posteromedial profunda es un mecanismo conservado evolutivamente que subyace a la disociaciĂłn entre especies.
El disparo en rĂĄfaga prepara el escenario para la depresiĂłn
Gran parte del éxito del estudio de Vesuna y sus colegas se basa en los efectos disociativos reversibles de la ketamina. En dosis subanestésicas, este fascinante fårmaco provoca disociación y alivio del dolor (analgesia), y tiene propiedades antidepresivas y anti-suicidas. A estas dosis, los electroencefalogramas (EEG, que detectan la actividad neuronal en la superficie del cerebro) muestran que la ketamina amortigua ampliamente las oscilaciones de 8-12 Hz 3 .
En dosis mĂĄs altas que inducen la pĂ©rdida del conocimiento, los EEG revelan un ritmo en el lĂłbulo frontal del cerebro en los seres humanos que alterna entre frecuencias bajas (1 a 4 Hz) y altas (27 a 40 Hz). Dado que estos cambios ocurren en grandes ĂĄreas de la superficie del cerebro, es sorprendente que una pequeña capa de cĂ©lulas profundas sea especĂficamente responsable de la disociaciĂłn.
Hasta donde sabemos, las oscilaciones descritas por Vesuna et al. no se han notificado anteriormente para la ketamina. Probablemente esto se deba a que los registros de EEG de superficie no pueden detectar los ritmos localizados generados en las profundidades de la corteza.
Los råpidos avances tecnológicos estån produciendo técnicas cada vez mås sofisticadas para manipular circuitos neuronales con precisión y alta resolución temporal. El trabajo de Vesuna y sus colegas ejemplifica cómo estos avances estån permitiendo a los investigadores sondear la naturaleza de la conciencia misma.
TambiĂ©n estĂĄn revolucionando la ciencia de la anestesiologĂa, permitiendo a los investigadores comprender mejor cĂłmo los anestĂ©sicos producen inconsciencia, cĂłmo estos mecanismos se superponen con el sueño natural y cĂłmo las personas recuperan la conciencia despuĂ©s de la anestesia.
La investigación sobre la conciencia y la anestesia también se superpone, porque los anestésicos proporcionan un medio poderoso y confiable de provocar estados reversibles de conciencia alterada.
Comprender los mecanismos neuronales de estos estados alterados podrĂa conducir a nuevos enfoques para modular la conciencia y controlar el dolor sin los efectos secundarios indeseables de los medicamentos actualmente disponibles, que incluyen cambios en la frecuencia cardĂaca y la presiĂłn arterial, cese de la respiraciĂłn, delirio y nĂĄuseas.
El complejo estado de disociación solo puede ser descrito completamente por humanos, que pueden informar de su experiencia. Por ejemplo, se necesitaba un estudio en humanos para demostrar que las propiedades disociativas y analgésicas de la ketamina son independientes.
En el futuro, los estudios que usan drogas disociativas en personas seguirån siendo de gran interés, por ejemplo, para revelar la conexión (si existe) entre el ritmo cerebral informado por Vesuna et al.y las diversas propiedades deseables de la ketamina.
Dichos estudios tambiĂ©n deben incluir medicamentos, como las benzodiazepinas y la lamotrigina, que atenĂșan la disociaciĂłn inducida por ketamina. Una mejor comprensiĂłn de cĂłmo la ketamina altera los ritmos cerebrales y los estados de comportamiento asociados podrĂa eventualmente conducir a terapias para las personas que experimentan dolor crĂłnico, depresiĂłn y quizĂĄs trastornos disociativos.
Estos anĂĄlisis serĂĄn muy difĂciles de realizar, porque el estudio de los ritmos corticales profundos requiere personas a las que se les hayan implantado electrodos intracraneales. Por razones Ă©ticas, solo las personas que requieren electrodos con fines terapĂ©uticos pueden participar en dichos estudios. Les debemos una deuda de gratitud por permitirnos comprender mejor el funcionamiento interno del cerebro humano.
Fuente: Nature
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