Según el Dr. William Faller, los ribosomas, esenciales para la síntesis de proteínas, expresan un marcador en su superficie llamado tallo P, que alerta al sistema inmunitario de la presencia de cáncer. Sin embargo, citocinas como el TGF-ß reducen esta expresión, impidiendo que las células T CD8+ reconozcan y ataquen las células malignas. En contraste, citocinas inflamatorias (IL-6, IL-1ß e IFN-gamma) favorecen la expresión del marcador y potencian la respuesta antitumoral. Este hallazgo representa un avance crucial en la lucha contra la resistencia a la terapia y abre nuevas perspectivas para mejorar el tratamiento del cáncer.

Desde que el presidente Richard Nixon declaró “La guerra contra el cáncer” en 1971, los científicos han trabajado para aprender más sobre esta enfermedad y cómo tratarla de manera efectiva. Incluso hoy en día, entre todos los Institutos Nacionales de Salud (NIH), el Instituto Nacional del Cáncer (NCI) es el que recibe más fondos. Si bien hemos logrado avances significativos en diferentes tipos de cáncer, todavía hay otros que desarrollan resistencia a la terapia. En muchos casos, estas células resistentes a la terapia sobreviven al tratamiento inicial y comienzan a replicarse, lo que dificulta su tratamiento en el futuro. Además, estos tumores se multiplican y pasan desapercibidos para el sistema inmunológico. Si bien se han realizado muchas investigaciones para comprender cómo se adaptan los tumores a su entorno, aún no está claro cómo persisten los tumores sólidos difíciles de tratar. Muchos científicos han atribuido la resistencia a la terapia a una mayor carga mutacional y heterogeneidad. En estos casos, las células tumorales emplean mecanismos para evitar el sistema inmunológico, lo que les permite seguir proliferando y expandiéndose. Los investigadores están trabajando actualmente para comprender nuevas adaptaciones que ayudan al tumor a evadir el sistema inmunológico.
Un artículo reciente publicado en Cell, por el Dr. William Faller y otros, descubrió cómo las proteínas intercelulares ayudan a los tumores a evadir la detección del sistema inmunológico. Faller es líder de grupo en el Instituto del Cáncer de los Países Bajos, donde él y su grupo trabajan para comprender cómo se propagan y progresan los tumores. En concreto, investiga cómo las células malignas secuestran mecanismos en su entorno y dentro de las propias células para evitar ser detectadas.
Los organelos que describen Faller y sus colaboradores se conocen como ribosomas. Se trata de moléculas intercelulares responsables de la generación de proteínas y se encuentran por todo el cuerpo celular, con una asociación preferencial con la membrana del retículo endoplasmático. En concreto, ayudan a sintetizar proteínas uniendo los aminoácidos entre sí según las instrucciones establecidas por el ARN mensajero (ARNm). Los ribosomas son esenciales para la supervivencia celular y son necesarios para la actividad celular diaria.
En este artículo, los investigadores descubrieron que los ribosomas expresan un marcador en su superficie que ayuda a notificar al sistema inmunológico que hay cáncer. Concluyeron específicamente que las proteínas o citocinas secretadas comúnmente por las células tumorales impiden que se exprese el marcador de superficie, el tallo P. Una citocina crítica que facilita la regulación negativa del tallo P incluye el factor de crecimiento transformante ß (TGF-ß). Como resultado, la pérdida de ribosomas que expresan el tallo P inhibe la respuesta inmunitaria antitumoral. Alternativamente, las citocinas inflamatorias, incluidas la interleucina 6 (IL-6), la interleucina 1 ß (IL-1ß) y el interferón gamma (IFN-gamma), promueven la expresión ribosómica del tallo P. Estas citocinas inflamatorias facilitaron una respuesta inmunitaria antitumoral en comparación con el TGF-ß. Además, los científicos demostraron que las células T CD8+ responsables de identificar y dirigirse al tumor no pudieron reconocer adecuadamente las células tumorales con la pérdida del tallo P después de la secreción de TGF-ß. En consecuencia, esto provocó la proliferación y expansión del tumor.
El descubrimiento de que los ribosomas ayudan a que los tumores escapen a la detección es un avance importante en este campo. Este trabajo supone un cambio de paradigma y asocia los ribosomas con la persistencia de los tumores. Además, Faller y otros han esbozado un mecanismo que regula la resistencia de los tumores y su escape del sistema inmunitario. La pérdida de los ribosomas del tallo P impulsa la progresión del tumor a través de la inhibición de las células inmunitarias. En general, este trabajo tiene el potencial de mejorar el tratamiento del cáncer mediante el desarrollo de formas de mejorar la expresión del tallo P en los ribosomas y provocar una respuesta inmunitaria antitumoral eficaz.
Tomado de: Netherlands Cancer Institute
Fuente: Cell
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